martes, 10 de febrero de 2009

MIDDLESEX


Leo por instinto, ya lo he dicho algunas veces. Y mi instinto de lectora viciada por todo lo que tenga letras y un parejo afán de encontrar nuevos libros que devorar me llevaron hasta el segundo libro de Jeffrey Eugenides. La historia de Cal Stephanides y sus ancestros me atrapó desde el primer momento y, pese a sus más de seiscientas páginas, la leí rápida y felizmente.
“Nací dos veces: fui niña primero, en un increíble día sin niebla tóxica de Detroit, en enero de 1960; y chico después, en una sala de urgencias cerca de Petoskey, Michigan, en agosto de 1974”. Así comienza esta novela que le valió a su autor el Pulitzer del año 2003 y que vio la luz nueve años después de "Las vírgenes suicidas" que Sofia Coppola llevó al cine.
Una novela impresionante, la verdad. Leyendo este inicio uno puede hacerse una pequeña idea de todo lo que viene después. Pero este libro es mucho más que la apasionante historia de Calíope Stephanides y su lucha por poder ser lo que en realidad es. Es también la historia de varias generaciones de una familia de emigrantes griegos y una parte de la historia de Norteamérica.
Pese a que en su momento la crítica estuvo dividida a la hora de valorarla, lo que está claro es que "Middlesex" es una gran novela, lo que algunos califican como "la gran novela americana", a la altura, según mi modesto parecer, de un "Al este del Edén" de John Steinbeck, salvando las muchas diferencias. Inevitablemente, desde "Middlesex" llegué a "Las vígenes suicidas", pero eso ya os lo contaré otro día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario