Mi hija Lluna y Yanitzia Canetti tienen la culpa de que me esté aficionando a los cuentos infantiles. Lluna porque es una voraz consumidora de ellos. Yani porque los escribe maravillosamente, porque me enamoró cuando leí por primera vez un cuento suyo y porque me insiste en que debo escribir alguno aunque sólo sea para dejárselo en herencia a Lluna. Se puede ver que se han conchabado para hacerme descubrir este estupendo mundo de los cuentos infantiles.
Cuando yo era niña los cuentos no eran así... o es que me quedan tan lejos que ya no los recuerdo. Después de leer a Yani y a otros autores como Ricardo Gómez o Javier Sobrino me doy cuenta de que es muy difícil escibir cuentos para niños. Otro tema importante son las ilustraciones. Atrapan la atención del lector, le ayudan a entender el texto... pero también son magia añadida.
En los libros ilustrados podemos encontrar verdaderas obras de arte. Un ejemplo muy claro y que me impresionó son los 7 Cuentos Crudos de Ricardo Gómez ilustrado por Juan Ramón Alonso. Un libro que tengo la gran suerte de poseer dedicado por este escritor al que conocí por ser jurado del II Certamen de Escritura Scream "Cielo Abierto" y con el que mantengo una entrañable "ciberamistad" (vaya, ya estoy contando batallitas). En resumidas cuentas: si os gusta leer no dejéis de echar una ojeada a estos brevísimos tesoros literarios. Por mi parte, los disfrutaré con Lluna al tiempo que son una escuela para otro de mis proyectos. Por cierto, ¿hay algún ilustrador con ganas de involucrarse en este proyecto?
No hay comentarios:
Publicar un comentario