La primera vez que oí hablar de Jordi Sierra i Fabra fue cuando leí las bases del II Certamen de Escritura Scream "Cielo Abierto". Soy así de ignorante, inculta... vivo en mi universo paralelo. Claro que no puedo conocer a todos los escritores pero es que lo de no conocer a Jordi es un pecado por motivos de peso como su larga trayectoria, sus más de 300 libros publicados, sus galardones y que vive en la ciudad en la que nací.
Resultó que gané el certamen. Así las cosas busqué información sobre los dos escritores que habían sido jurados del premio, Jordi y Ricardo Gómez (dos eminencias). Pasados unos días encontré un libro de Jordi, el último que acababa de publicar en esos momentos, y que había llegado a mí por esos canales mágicos que yo tengo. Me puse en contacto con él para darle las gracias por haber fallado a mi favor, una cosa llevó a la otra, y quedamos para que me dedicara el libro. Era la excusa perfecta para concer a un gran escritor.
El libro en cuestión era el que nos ocupa. Llegados a este punto había que leerlo. Me daba un poco de apuro que no me fuera a gustar. ¿Con qué cara le decía yo entonces que era una maravilla? Es que no sé mentir. Pero tampoco fue necesario. El libro me atrapó y lo leí en muy pocos días.
La acción está ambientada en la Barcelona del año 39. El 22 de enero de ese año el Gobierno de la República abandonó Barcelona dejándola a merced de las tropas Franco. Durante cuatro días la ciudad se conviertió en un caos bajo el peso de la derrota, el hambre y el miedo. Con ese telón de fondo el inspector Miquel Mascarell, que no quiere huir para permanecer con su esposa enferma, se enfrenta al último caso de su carrera, el de la hija de una prostituta, una adolescente violentamente asesinada.
El libro es muy bueno, sinceramente. Es interesante y tiene su misterio. También resulta curioso saber cosas de la Barcelona de esos días y que aparezcan lugares muy familiares para mí. Hablé del libro con el autor. Él se dedica básicamente a la novela infantil y juvenil. Según me comentó, "Cuatro días de enero" era algo que le debía a su madre. Un precioso regalo, la verdad.
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