Hay libros que se leen en un momento equivocado y no se llegan a disfrutar. Otros, sin embargo, se aparcan con la certeza de que no es el momento de saborearlos y se retoman con el tiempo consiguiendo el disfrute y llegar a la última de sus páginas. Eso es lo que me ocurrió a mí con La espuma de los días. Llegó hasta mí en un momento de mi vida no demasiado apto para ningún tipo de lectura.
Confieso que lo compré por su título. Reconozco que de los libros, muchas veces, no leo ni las sinopsis ni las críticas ni las reseñas. Escojo mis lecturas por puro instinto, en ocasiones con el corazón y no suelo equivocarme. Así fue como éste se vino conmigo a casa. Ni siquiera sabía de su autor, un novelista, dramaturgo y músico influido por el movimiento Surrealista que llegó a ser "una de las figuras más libres y fascinantes de las primeras décadas de actividad artística del siglo pasado".
Surrealista es la palabra que mejor lo define. Subrayé una frase que para mí muestra de manera bastante gráfica ese surrealismo: "Empujó la puerta, ésta le devolvió brutalmente el empujón y entonces, sin insistir, entró por el escaparate". Es, sin duda, una historia que al principio parece absurda pero luego arrastra y engancha. La primera parte del libro rezuma frivolidad y despreocupación pero, poco a poco, la trama va tornándose dramática hasta llegar a causar un inquietante desasosiego. Un nenúfar tiene la culpa de todo.
Surrealista es la palabra que mejor lo define. Subrayé una frase que para mí muestra de manera bastante gráfica ese surrealismo: "Empujó la puerta, ésta le devolvió brutalmente el empujón y entonces, sin insistir, entró por el escaparate". Es, sin duda, una historia que al principio parece absurda pero luego arrastra y engancha. La primera parte del libro rezuma frivolidad y despreocupación pero, poco a poco, la trama va tornándose dramática hasta llegar a causar un inquietante desasosiego. Un nenúfar tiene la culpa de todo.
Algunos lo han calificado como la pugna de "la pureza frente a un mundo hostil". De lectura fácil y amena es un clásico de la literatura que agradará a quienes buscan algo más que frases y tramas del todo previsibles y muy mascadas. Una experiencia diferente.