viernes, 30 de enero de 2009

LA ESPUMA DE LOS DÍAS, Boris Vian


Hay libros que se leen en un momento equivocado y no se llegan a disfrutar. Otros, sin embargo, se aparcan con la certeza de que no es el momento de saborearlos y se retoman con el tiempo consiguiendo el disfrute y llegar a la última de sus páginas. Eso es lo que me ocurrió a mí con La espuma de los días. Llegó hasta mí en un momento de mi vida no demasiado apto para ningún tipo de lectura.
Confieso que lo compré por su título. Reconozco que de los libros, muchas veces, no leo ni las sinopsis ni las críticas ni las reseñas. Escojo mis lecturas por puro instinto, en ocasiones con el corazón y no suelo equivocarme. Así fue como éste se vino conmigo a casa. Ni siquiera sabía de su autor, un novelista, dramaturgo y músico influido por el movimiento Surrealista que llegó a ser "una de las figuras más libres y fascinantes de las primeras décadas de actividad artística del siglo pasado".
Surrealista es la palabra que mejor lo define. Subrayé una frase que para mí muestra de manera bastante gráfica ese surrealismo: "Empujó la puerta, ésta le devolvió brutalmente el empujón y entonces, sin insistir, entró por el escaparate". Es, sin duda, una historia que al principio parece absurda pero luego arrastra y engancha. La primera parte del libro rezuma frivolidad y despreocupación pero, poco a poco, la trama va tornándose dramática hasta llegar a causar un inquietante desasosiego. Un nenúfar tiene la culpa de todo.
Algunos lo han calificado como la pugna de "la pureza frente a un mundo hostil". De lectura fácil y amena es un clásico de la literatura que agradará a quienes buscan algo más que frases y tramas del todo previsibles y muy mascadas. Una experiencia diferente.

viernes, 23 de enero de 2009

EL SUSURRO DE LOS ÁRBOLES


No se trata de hacer autobombo, ni mucho menos. Se trata simplemente de dar un espacio a mi libro en mi espacio de libros, nada más. No sería justo para él no tener su sitio en este compendio de los libros que van pasando por mis manos.

"El susurro de los árboles" es una novela que acabé de escribir en el año 2005. Andaba yo a vueltas con mi vida, perdida, rompiendo esquemas, saltando por ventanas abiertas y cayendo al vacío, cuando se me ocurrió que, puesto que ya no tenía nada en la vida, tampoco tenía nada que perder. Fue entonces cuando decidí lanzarme a la descabellada aventura de ser escritora. Siempre había sido mi sueño, pero durante una época de mi vida hasta de mis sueños me había olvidado.

Primero fueron unos cuentos. Luego una reunión con Lolita Bosch para ver si hacía con ella unos talleres de narrativa. Lolita leyó unos relatos que le enseñé y lo tuvo claro: "tú sabes escribir, me dijo, no necesitas un taller de narrativa". Perfecto, pensé. Ella me recomendó sus auditorías literarias, creo que se llaman así. "Cuando te veas con ganas, estás lista para comenzar un proyecto", añadió. Teniendo en cuenta mi paupérrima situación económica en aquel momento, decidí que, si tal como ella me decía, a escribir sólo se aprende escribiendo, lo mejor era ponerse a cuanto antes a ello.

Dicho y hecho. Me compré un portátil (el mismo desde el que ahora escribo y que ya tiene algunas teclas borradas) y empecé a escribir muchas horas al día. En apenas unos meses, mi libro estaba acabado. Inscribirlo en el registro de la propiedad intelectual fue una sensación estupenda, apenas comparable a la de inscribirlo en la edición 2005 del Premio Planeta. No lo gané, es obvio, tampoco lo pretendía. Luego hubo una editorial y una agente literarias de cuyos nombres no quiero acordarme, otro concurso que tampoco gané, y finalmente el YoEscribo.com de novela. Éste sí que lo gané, me pagaron 6.000 euros de derechos de autor y, lo más importante, vi mi novela publicada. Pocas cosas son tan maravillosas como ver el libro de una en papel, con tu nombre y poder tocarlo y olerlo, casi saborearlo.

"El susurro de los árboles" es la historia de Adela, una mujer que huye de una vida que no la satisface y rompe con todo, al tiempo que a través de las historias que le cuentan unos desconocidos se va dando cuenta de que su realidad no es tan dramática como a ella le parece. Chile es el paisaje de fondo y la verdadera trama son las historias que Adela va hilvanando a través de su recorrido por el pasado de ese país. El dolor que irá descubriendo, casi viviendo en su propia piel, la ayudará a encontrarse a sí misma y a cambiar su realidad.

Adela y "El susurro de los árboles" fueron un poco mi catarsis en un momento en el que yo sólo quería huir de una realidad que me causaba mucho dolor. Pero sobre todo este libro y su protagonista son la última esperanza de ser escuchados de algunos de sus protagonistas reales. Eso fue lo que me dio fuerzas para seguir adelante y lo que me ayudó a seguir insistiendo hasta verlo publicado. Todo el esfuerzo valió la pena. Para quienes deseen comprobarlo: www.yoescribo.com/publica/comunidad/obra.aspx?cod=36620.

miércoles, 21 de enero de 2009

DIOSA, Juan Abreu

Hace unos meses, gracias a Zoé Valdés, conocí en persona a Juan Abreu . Después de unos mails para establecer el contacto quedamos en la librería La Central, en Barcelona, aunque finalmente nos encontramos en la puerta de La Casa del Llibre.
Me hacía una ilusión tremenda conocerle y aún más que me dedicara uno de sus libros. Así es que entré en la Central y agarré el primero que encontré que era "Diosa". Me gustó su portada.
Cuando se lo di a Abreu para que procediera él sonrió y me exclamó: "¡Ah, Diosa! Te vas a divertir mucho con él". Charlamos, tomamos un zumo él y yo un cacaolat y nos despedimos después de habernos dedicado nuestros libros. Luego, de regreso a casa en el metro, comencé a leer el libro. La señora de al lado que leía por encima de mi hombro se escandalizó y dejó de hacerlo rápidamente. Yo estaba un poco sorprendida porque se trata de una novela erótica. Entonces entendí lo de divertirme con ella.
La verdad es que Juan no se equivocaba. "Diosa" es un libro que se lee rápido y que llega a tocar los sentidos. Es una novela muy bien escrita que describe lugares, sensaciones y momentos con gran precisión. La escena final es apoteósica. Se la recomiendo a aquellos que quiera viajar a espacios remotos con la imaginación y los sentidos.

LOS BUENOS DESEOS, Yiyun Li

Me gustan los cuentos, me atrae la cultura china, así es que tenía que leer y, por supuesto, tenía que gustarme este libro. Diez historias de aire melancólico y triste, que transpiran un cierto aroma a derrota para criticar la Revolución Cultural y sus consecuencias posteriores, todo ello como parte de las vidas de los protagonistas de los relatos.
La critica va más allá y tampoco se olvida del actual régimen político chino con su evidente e insultante falta de libertades. Todo ello con esa mezcla de la milenaria tradición que sigue presente en sus gentes, que impregna su cultura y que siempre, exista el régimen político que exista, estará ahí.
Su autora, Yiyun Li, nació en Pekín y vivió en carne propia algunas historias bastante duras de la época Post-Mao. En la actualidad reside en los Estados Unidos y escribió estos cuentos en inglés. Para los muchos amantes del cuento y cuentistas en general.

LA PÁGINA ESCRITA, Jordi Sierra i Fabra


Conocí a Jordi Sierra i Fabra hace unos meses. Yo acababa de ganar el II Certamen de Escritura "Scream" Cielo Abierto del que él era jurado. De nuevo a causa de mi ignorancia, no tenía ni idea de quién era él pero al ver que tanto su nombre como el de Ricardo Gómez aparecían destacados pensé, y no me equivocaba, que tenían mucho que decir en el mundo de las letras. Rápidamente fui al Google y metí su nombre, así encontré su página http://www.sierraifabra.com/ y así me enteré de toooooooodo.
Jordi Sierra i Fabra es toda una eminencia en el mundo de las letras aunque él se empeñe en quitarse importancia. Tuvo sus primeros escarceos literarios con 8 años y escribió su primera novela larga (500 páginas nada menos) con apenas 10. Después de eso ya nada pudo pararlo. Es conocido principalmente dentro de la literatura infantil y juvenil y como estudioso de la música pop y rock. También ha escrito numerosas biografías sobre músicos y yo creo que, prácticamente de todo. Sus más de trescientos libros publicados así lo atestiguan. Sus muchos premios y la gran cantidad de lectores que disfrutan leyendo sus libros lo respaldan.
Sin embargo, Jordi habla de si mismo como "el pirado que escribía historias". Jordi se considera solamente un contador de historias. Él no quiere deslumbrar a nadie con discursos pomposos ni demostrar que sabe escribir muy bien. Él sólo quiere contar historias. Después de tantos años de hacerlo y con tanto éxito, alguien le propuso escribir su propio manual de estilo. Así nació "La página escrita".
Este libro reúne los secretos del método Sierra y Fabra. En él Jordi explica sus técnicas, sus decálogos y un montón de cosas más. Cuando uno acaba de leerlo tiene ganas de escribir. Muy recomendable para jóvenes escritores y para escritores en general. Algún día, cuando encuentre mi cámara de fotos, os enseñaré mi ejemplar dedicado.

martes, 20 de enero de 2009

EL PRINCIPE AZUL de Yanitzia Canetti




Detrás de cada libro hay muchas historias: la que el propio libro relata, la que llevó a su escritor a escribirlo y las muchas de cómo cada lector dio con esa joya de papel. En el caso de este bonito libro para niños la historia que se esconde detrás de esta lectora que escribe es también la narración de una amistad que recién comienza. Pero vayamos por partes.
Conocí a Yanitzia Canetti a través del Facebook, manera frívola e insulsa podrían pensar algunos, pero nada que ver. Yani es una persona cariñosa, cercana, amable y muy simpática. Fue ella la que me pidió amistad y yo acepté, porque no sé decir que no, sin saber la gran mujer y escritora que es. Luego, llevada por la curiosidad (en el fondo todos los facebookeros somos unos chafardereste), fisgué un poco allí y otro poquito allá y entré en su web (http://www.yanitziacanetti.com/) y me quedé impresionada con su currículum. Escritora, traductora, editora, directora editorial, asesora literaria, fotógrafa profesional, empresaria y madre de dos hijos: impresionante, la verdad.
Unos mails, algunas confidencias, mucho humor... y ahora creo que puedo decir que Yanitzia es una buena amiga aunque sea virtual. Puestas a intimar decidimos leernos la una a la otra. Yani se descargó mi novela de internet (www.yoescribo.com/publica/comunidad/obra.aspx?cod=36620) y yo me compré uno de sus libros. Y ese libro era El Prícipe Azul, ilustrado por Fernando Noriega y editado por Everest. La historia no acaba aquí. Cuando el libro llegaba a mi casa dentro de una bolsa de plástico mi hija Lluna de 22 meses la vio y empezó a gritar ilusionada "¡¡¡Regalos!!!" así es que se lo tuve que dejar y su padre se lo tuvo que leer. Y hay más. Para poderlo leer yo tuve que esconderlo y leerlo por la noche mientras ella dormía.
Es gratificante irse a dormir tras haber leído un cuento de niños, más si es de Yanitzia. La historia es simple y podría parecer poco original al leer el título, pero nada de eso. La forma de escribir de esta maravillosa autora hace que una se enamore del príncipe azul que la princesa del cuento imagina y ha idealizado. Un cuento dulce, divertido, tierno... y muy actual. Para acabar de rematar esta pequeña joya las ilustraciones de Fernando Noriega son todo un lujo.
Un libro muy recomendable para niños y para adultos sin prejuicios que tienen ganas de soñar y no discriminan un buen libro porque esté escrito pensando en los niños.

MIS LIBROS A LA LUZ DE LA LUNA

Una lectora como yo, enamorada de cada palabra, cada frase y todos los libros, tenía que tener un espacio dedicado a sus lecturas. Descubrí esto de leer como puro vicio y, casi diría, como una manera de vida, cuando tenía 23 o 24 años. Hasta entonces, una economía precaria y un domicilio familiar con libros de pega no me habían ofrecido demasiadas posibilidades.
Recuerdo con cariño, y aún conservo, mis primeros libros. Cuentos de Andersen, Cuentos de Siempre, Sissi Emperatriz, I tu que hi fas aqui?, aquel osito Padintong que tomé prestado en la biblioteca del colegio cuando tenía apenas 8 o 9 años... La biblioteca. Aquel lugar misterioso con sus paredes tapizadas de libros hasta arriba. También recuerdo el olor de aquel lugar y las veces que me dejaban acudir sola a visitarla. Sí, porque resulta que siempre era la primera en acabar los exámenes y no me atrevía a levantarme la primera, hasta que una vez me armé de valor para hacerlo y tuve mi recompensa: la profesora me envió a la biblioteca a esperar que las demás acabaran.
Y así, despacito, descubrí un montón de autores y un sinfín de mundos reales o inventados que estaban esperando a que yo los visitara. Las lecturas obligadas del colegio y luego del instituto que yo esperaba con verdadera ilusión ya que sabía que de esa manera mi madre tendría que comprármelas. Mi primer premio, el Baldiri Reixac, y su recompensa en forma de libros... Y luego, un día, se cruzó en mi camino un libro de magia egipcia práctica en el que venía una oración al dios Thot que haría que los libros vinieran a mí de infinidad de maneras, algunas mágicas o, cuanto menos, poco convencionales. La recité en voz alta. Desde entonces no me han faltado.
Durante un tiempo los libros me aliviaron de las penas, me ayudaron a crear una realidad mágica paralela a la que me tocaba vivir en aquellos momentos y que no me gustaba. Gracias a ellos escapé de la depresión y de la soledad. Más de cuarenta títulos leídos cada año mantenían mi cabeza ocupada y fueron poniendo los cimientos de la escritora que he querido ser después.
Y entonces llegó Lluna. Lluna con su fragilidad y su ternura, primero. Lluna con su desenfrenada actividad y sus ganas de vivir y de descrubrir cada milímetro cuadrado del mundo. Y con Lluna llegó el cansancio y se esfumó el tiempo. Y sin tiempo no había lectura. Y con cansancio no había ganas de leer.
Hasta que llegó a mí mi pequeña lamparita para libros, un maravilloso invento que me cambió la vida y que me devolvió, en parte, a mi mundo de palabras y frases y a mis ratos de páginas y letras. He aquí algunas de las lecturas que he podido hacer y disfrutar desde entonces.