martes, 15 de febrero de 2011

DON PICOCO DE LOS CERROS


Señor de fogones, viajero incansable y anfitrión amable
(Don Picoco de los Cerros 2010)
Francisco Casas Delgado
Ediciones Alfar
Prólogo de Jaime Rodríguez Sacristán
1ª edición de septiembre de 2010
Género: mezcla de géneros (novela, literatura de viajes, cocina)
ISBN: 9788478983544
305 páginas

Argumento
Acompañado de un escribano y del mítico Sancho Panza, don Picoco recorre algunos parajes de España. Degusta la gastronomía autóctona y allá por donde pasa va dejando sus exquisitas recetas. Con El Quijote en la mano se propone probar que la cocina de su tierra, el Alto Guadalquivir, es muy semejante a la que degustaba el hidalgo en las páginas del clásico de Cervantes.

Opinión
Este no es el primer libro de Francisco Casas Delgado y se nota. Atreverse a tomar de referencia una obra como El Quijote y estar a la altura solo está en la mano de un escritor que tenga mucho oficio. Este lo tiene. Para demostrarlo mete en el mismo puchero la obra de Cervantes y la cocina de su tierra, Jaén, y nos lleva por una novela que es también ruta gastronómica, libro de viajes y homenaje al ingenioso hidalgo. No se puede pedir más. Partiendo de la lectura de la novela el autor extrae las citas que se refieren a la comida y va viajando por lugares como Asturias, A Coruña… pero sobre todo por Jaén para demostrar que los platos que aparecen en ese libro son muy semejantes a los de la zona del Alto Guadalquivir.
Treinta y tres capítulos tiene la obra. En ellos don Picoco nos muestra su buen hacer entre los fogones recorriendo muchos rincones de la geografía española acompañado del bueno de Sancho Panza y de un escribano. Pero además de hacernos disfrutar de la buena comida y los paisajes, este trío también nos lleva a conocer sus aventuras que son el argumento de la novela.
Interesante libro que estimula los sentidos. La vista se complace en la geografía y el gusto y el olfato en los placeres de la buena mesa. Es en la descripción de los platos donde el autor se recrea y nos hace degustar y hasta olfatear los manjares que propone. Su prosa rememora el estilo de la literatura clásica. Sus personajes son muy humanos y reales. Hasta ese Sancho que llega del siglo XVII a nuestros días se adapta perfectamente a la trama y no es nada fácil traer a un personaje de hace más de tres siglos con su idiosincrasia y hacerlo encajar. Un plato para saborear sentadito en cualquier lugar o para embarcarse con él en la ruta que don Picoco propone, cual guía de viajes muy poco al uso pero mucho más completa y entretenida que las habituales.
http://libros2.ciberanika.com/desktopdefault.aspx?pagina=~/letras/c/P06366.ascx

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